Primero, mide todos los ingredientes y tenlos a mano. Saca tu robot de cocina o, si no tienes, utiliza tus propias manos.
Vierte la mantequilla y el azúcar glas en el bol del robot de cocina. Bate la mantequilla con el azúcar glas hasta que quede esponjosa. Añade la nata agria. Tras la nata, incorpora la miel. Luego, añade las 2 yemas de huevo a la mezcla.
Una vez batido, añade el bicarbonato de sodio. A continuación, incorpora la mezcla de especias para galletas de jengibre y la ralladura de naranja. Lo ideal es usar ralladura de naranja fresca, aunque en mi caso, esta vez, solo tenía seca en casa.
Por último, añade la harina. Cambia a la varilla amasadora, ya que así el robot de cocina mezclará mejor la masa.
Así quedará la masa ya preparada: suave y fácil de estirar.
Una vez lista la masa, se puede trabajar con ella de inmediato. En una superficie enharinada, extiéndela hasta obtener un grosor de 3-4 mm.
En mi freidora de aire caben 6 galletas a la vez, aunque en modelos más grandes pueden caber de 10 a 15.
Precalenté la freidora de aire. Luego, coloqué un papel de hornear y dispuse las galletas de jengibre sobre él. Las horneé a 175 grados durante 5 minutos. No fue necesario darles la vuelta. Quedaron perfectamente cocidas, suaves y tiernas.
Si deseas decorarlas, bate 1 clara de huevo con 220 g de azúcar glas y decora las galletas de jengibre con esta mezcla. Si lo prefieres, también puedes añadir colorante alimentario.